21 abril, 2024 01:48

Se puede decir que el viaje de Estado que los Reyes han realizado a los Países Bajos esta semana ha sido un éxito absoluto. Las relaciones entre España y la antiguamente llamada Holanda han sido fluidas, provechosas y tranquilas en las últimas décadas. Además, entre ambas Casas Reales, la Borbón y la de Orange, los lazos son muy estrechos, pues entre Felipe VI y Guillermo hay una verdadera y sincera amistad que llega a la intimidad de sus hogares.

Las imágenes de estos dos días de Felipe y Letizia en Ámsterdam y La Haya han sido de diversión y complicidad. El Rey dándole toques a un balón en la Fundación Cruyff o con el gorro sanitario en la Agencia Espacial Europea dejan un buen recuerdo de cómo ha ido la visita de Estado.

Hay otra foto, sin embargo, que ha ensombrecido el desplazamiento: la cara de dolor de la Reina sentada en una banqueta alta durante el besamanos de la cena de gala en el palacio real. Esta imagen ha sido la protagonista indeseada de la visita. Por mucho maquillaje, tiara rusa y joyas que llevara, los ojos de Letizia reflejaban un cansancio y un malestar claro.

La reina Letizia sentada esta semana durante el besamanos con los Reyes de los Países Bajos.

La reina Letizia sentada esta semana durante el besamanos con los Reyes de los Países Bajos.

"Sabiendo como es debió de ser una decisión super complicada para ella, consciente de que se iba a hablar más de eso que de la cena en sí. La Reina es perfeccionista y nada le importa más que hacer bien las cosas, así que pedir ese asiento para la cena de gala ha debido ser casi más doloroso que lo que sentía en el pie izquierdo", cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio una amiga de la familia.

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Letizia y el neuroma de Morton

Han sido muchos factores los que han hecho que la esposa de Felipe VI termine sentada en el ya famoso asiento. Además de la metatarsalgia crónica que sufre hace años, a la Reina le diagnosticaron en 2022 un neuroma de Morton.

"El martes, cuando se subió al avión, ya tenía molestias. No hay nada peor que un dolor de pies, pero súmale los adoquines de las calles holandesas, que son un verdadero infierno para cualquier mujer que quiera llevar unos tacones. El último día iba medicada e infiltrada para poder caminar. Lo normal en estas dolencias y todo supervisado por el médico de la Casa, Juan Manuel Martínez Pérez (que viaja siempre acompañando a los Reyes), y su traumatólogo", explica a este semanal una fuente cercana a Zarzuela.

Felipe y Letizia, el 6 de noviembre de 2003.

Felipe y Letizia, el 6 de noviembre de 2003. Gtres

El hecho es que los remedios que le aplicaron el miércoles por la noche debieron funcionar. Al día siguiente, para presidir la apertura del Festival de Cine español en Ámsterdam con la reina Máxima de los Países Bajos, volvió a subirse en unos tacones, aunque fueran "cómodos", mucho más bajitos que los que calzaba desde que la vimos por primera vez al lado del entonces príncipe Felipe, a finales de octubre de 2003.

"Antes de llegar al huracán que supuso para ella entrar en la Familia Real, Letizia llevaba tacones como todo el mundo, en momentos ocasionales, para citas especiales o cuando salía de cuerpo entero en un plató de televisión. Su pasión por los zapatos de taconazo comenzó el primer día que estuvo al lado del Príncipe y toda su familia política. Nada más ver la imagen en la prensa pensó: 'Qué bajita parezco' y empezó a usar los stilettos que ha calzado durante 20 años. Al final, la consecuencia es esta enfermedad que le está llevando por la calle de la amargura", confiesa a esta revista la misma persona.

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"Es un dolor incapacitante"

"Se trata de un dolor punzante y muy intenso en la zona de los dedos. Puede llegar a tal nivel que puede entumecer y producir hormigueo en la zona. Muchas veces aparecen graves y fuertes calambres entre el tercer y cuarto dedo", explica el podólogo David Fernández, uno de los mejores especialistas en esta dolencia de España.

"Entre los pacientes se llama 'la ciática del pie' porque es un dolor incapacitante, que produce la necesidad de poner los pies en alto, descalzarse y frío. Es normal que no sea capaz de estar de pie durante horas saludando a los 200 invitados de una cena. Es que, aunque hubiera llevado bailarinas hubiera tenido que estar sentada. Es una enfermedad que funciona en forma de brotes, y si sufrió uno allí. Lo que es de admirar es que tuviera ganas hasta de estar y continuar con su trabajo. De verdad que demuestra una resistencia al dolor admirable", termina.

Los zapatos de la Reina, con plataforma incorporada.

Los zapatos de la Reina, con plataforma incorporada.

El neuroma de Morton consiste en el engrosamiento del tejido alrededor de uno de los nervios que están entre el tercer y cuarto metatarsiano del pie y, aunque sus causas pueden ser muy diversas (pie cavo, pie plano, dedos en garra, juanetes…), el calzado es un factor externo muy importante que puede causar la aparición del neuroma y una de las explicaciones de por qué esta dolencia afecta mayoritariamente a las mujeres.

Los peores modelos son justo los que se acuñaron con el nombre de Letizios cuando Letizia se convirtió en Princesa de Asturias: altura de 12 centímetros y estrechos en la zona de los dedos. "Una tortura continua para cualquier pie. Por eso es una enfermedad más femenina, porque las mujeres acostumbran a maltratar sus pies en nombre de la elegancia y la belleza", comenta a este medio el mismo podólogo.

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La rutina para evitar el quirófano

Fue la propia Reina la que explicó a los periodistas que cubren de forma habitual las informaciones relativas a la Casa Real que padecía esta dolencia y unos meses después, cuando uno de ellos le preguntó cómo lo llevaba durante los Premios Princesa de Asturias en Oviedo. Letizia les explicó la rutina que hace cada día intentando evitar pasar por el quirófano, ya que está sería, para ella, la última solución.

"Nos contó que estaban comenzando con terapias más conservadoras, intentando usar calzado más amplio y con menos tacón (cosa que es evidente que está comenzando a hacer viendo los zapatos que ha elegido en sus últimas apariciones, como mocasines o bailarinas). Analgésicos, antiinflamatorios y unas plantillas diseñadas por el podólogo son algo habitual para ella y hace ejercicios con su fisioterapeuta cada día, en seco y en piscina, para fortalecer la zona y relajar. Nos habló sobre la posibilidad de la cirugía, pero quería probar todas las opciones antes de pasar por quirófano", cuenta ese periodista.

Con una operación se logra extirpar la parte enferma del nervio o liberar el tejido que rodea al nervio. El tiempo de recuperación es relativamente corto y se podrá hacer vida normal rápidamente. Para hacer deporte u otras actividades más pesadas se necesitarán más de dos semanas. Y, si no hay complicaciones, el pie estará curado en un mes.

Cambios en el protocolo

Desde el comienzo de la dolencia en el pie izquierdo de la Reina, la Casa del Rey decidió comenzar a tomar algunas medidas de protocolo para ayudarle un poco a mejorar y evitar los brotes del neuroma de Morton. El jefe del departamento de protocolo, Francisco de Lizaur, al que todo el mundo en Zarzuela llama Curro, implantó la medida de hacer pausas en los eternos besamanos a los que se enfrentan los Reyes en muchos de los actos que tienen cada semana.

Un ejemplo de esto ocurrió en la última recepción de la Fiesta Nacional, que tuvo lugar el pasado 12 de octubre en el Palacio Real, donde había más de 2.000 invitados. Los saludos se dividieron en grupos, haciendo descansos de 10 minutos entre uno y otro para que la Reina pudiera descansar. "Es algo realmente insoportable para ella, aunque no tenga brote. Si tiene que estar de pie durante una hora y media le da algo seguro. Leonor iba en calzado militar, al igual que el Rey, pero Letizia...", cuenta la misma amiga de la familia.

Letizia, a su llegada al desfile del pasado 12 de octubre.

Letizia, a su llegada al desfile del pasado 12 de octubre. Efe

Si la Reina decidiera bajarse de forma definitiva de los zapatos altos y comenzara a llevar bailarinas tampoco habría ningún problema, nadie le obliga a llevar taconazos.

"El protocolo jamás impone nada, sólo recomienda en cuestiones de etiqueta basándose en tradiciones y costumbres. El protocolo más clásico recomendaba a las mujeres que llevaran zapato plano o de tacón muy bajo por las mañanas, uno medio por las tardes y que dejarán los stilettos para los eventos de noche. Pero es el mismo que contempla el no uso de pantalones en las mujeres, y nuestra Reina fue una de las primeras en romperlo al lucir unos en una Fiesta Nacional cuando todavía era princesa de Asturias", explica a esta revista Eduardo Gómez, especialista y protocolo y normas de educación.

"Si la dolencia de la Reina avanza tal y como esperan los médicos, es probable que veamos a Letizia con trajes de gala, como la del miércoles, con tiara y unas bailarinas. El protocolo no tiene nada que decir, no sirve para eso, y menos en el año 2024", sentencia el experto.

Puede que el momento de la cena de gala en Ámsterdam sea el punto de inflexión que lleve a la Reina a tomar la decisión de pasar por el quirófano y quitarse el problema del pie izquierdo. Entonces llegara la duda de si se tomará la baja o no, pero ya ese será otro tema.