Cuando Martin Cooper realizó la primera llamada con un teléfono móvil seguramente no se esperaba que ese invento evolucionara en lo que es ahora. De ser un instrumento de gran tamaño, apto para ser usado en movilidad si llevábamos un maletón a un dispositivo que va en el bolsillo del pantalón y que permite hacer lo mismo que un ordenador.

El último gran cambio fue el que introdujo Apple en 2007, dando forma a lo que es actualmente un teléfono inteligente. Es decir, una pantalla capacitiva en el frontal, un marco metálico o de plástico y una trasera en la que se alojan las cámaras. Esta idea ha intentado evolucionar desde entonces, pero sólo los móviles plegables han logrado salirse, un poco, de ese factor de forma.

Pero no ha sido por falta de intentos, sino porque el público ha decidido que no quería otra cosa. Hemos visto móviles con pantallas 3D, otros con cámaras 3D, otros con proyectores integrados, con pantallas de tinta electrónica... Pero todas esas innovaciones han caído en el olvido, aunque en su momento parecían interesantes.

Cámaras 3D

A principios de la década de 2010 fueron muchos los fabricantes de televisores que se lanzaron a crear dispositivos con pantallas en 3D. La película Avatar prometía ser a esta tecnología lo mismo que fue Matrix a los DVD, un espaldarazo que impulsaría no sólo sus ventas, sino toda una industria. Esto hizo que surgieran otros dispositivos con esta capacidad, como móviles con pantallas 3D.

Pero para ver contenido 3D había que grabarlo, y no todo el mundo es James Cameron. Por eso LG lanzó al mercado el LG Optimus 3D, un modelo con doble cámara trasera, pensada para poder grabar contenido en tres dimensiones. Incluso llegó a ponerse a la venta en España con operadoras. Y esa no fue la única apuesta. LG también lanzó una tablet capaz de grabar de esa forma, la LG G-Slate.

LG Optimus 3D El Androide Libre

Otras empresas que apostaron por esta tecnología fueron HTC, con el HTC Evo 3D o VK con una tablet con pantalla 3D, la VK World Discovery S1, cuatro años después. Si algo tienen en común todas estas empresas es que actualmente no están en el mercado de la telefonía móvil, al menos no de forma exitosa.

Proyectores

Una innovación no tan extendida pero que se vio en marcas como Samsung fue la de incluir un proyector en el dispositivo, de manera que podría usarse como una suerte de cine portátil. El mejor ejemplo fue el Samsung Galaxy Beam, lanzado en 2012. Este terminal tenía en la parte superior un proyector que permitía mostrar su pantalla sobre una superficie horizontal de hasta 50 pulgadas. Eso sí, su escaso brillo, de 15 lúmenes, afectaba al desempeño.

Samsung Galaxy Beam El Androide Libre

Otro intento, menos conocido, fue el del Moviphone, un móvil creado por Wireless Mobi Solutions que pretendía ser un proyector de cine portátil, de ahí su nombre. La pantalla proyectada era de 100 pulgadas y la resolución era HD, algo corta para los estándares de 2018.

Pantalla E-Ink

En 2012 una empresa rusa presentó un dispositivo diferente a lo que se había visto hasta el momento. El Yotaphone era el primer móvil del mundo con una pantalla de tinta electrónica que complementaba a la pantalla principal. La idea era poder usarla para leer de forma más cómoda, gastar menos batería e incluso, si esta se acababa, dejar permanentemente una imagen a la vista.

Yotaphone 3 El Androide Libre

Llamó la atención, y en 2014 se lanzó la segunda generación, que consiguió más impacto mediático, pero no muchas ventas. En 2017 se presentó la tercera y última versión de esta idea, antes de que la empresa se diera cuentas de que si bien la propuesta era original y hasta útil en ocasiones, no conseguiría llegar a una masa crítica de usuarios.

Cuatro cámaras frontales

Uno de los fracasos comerciales más famosos del mundo de los smartphones fue el que llevó a cabo Amazon. En 2014 Jeff Bezos presentaba el primer móvil de la empresa, un terminal con base Android pero fuertemente modificado para centrarse en la integración con la tienda. El Amazon Fire Phone tenía cuatro cámaras frontales que permitían seguir el movimiento de la cabeza y usarlo para mostrar elementos 3D en la pantalla.

Amazon Fire Phone El Androide Libre

Este móvil estaba diseñado para maximizar las compras dentro de la propia Amazon, algo que a la compañía le iría bien pero que los consumidores no acabaron de ver. El fracaso fue de tal calibre que la compañía ni siquiera intentó reenfocar su estrategia y desde entonces sólo usa Android para tablets y dispositivos para televisores.

Sensor de pulso cardíaco

Mucho antes de que los relojes y las pulseras inteligentes fueran comunes, muchas marcas incluyeron en sus móviles un sensor de ritmo cardíaco para poder medir este parámetro de salud, algo que era complicado allá por 2014. Uno de los móviles más importantes que lo incluyó fue el Samsung Galaxy S5, el buque insignia de la compañía coreana de aquel año.

Samsung Galaxy S5 El Androide Libre

No fue el único, y aún hoy hay algunas marcas que permiten medir este parámetro usando el sensor de huellas en pantalla. Pero no deja de ser una función menor ya que los usuarios a los que les importa esto tienen casi sin excepción un dispositivo en la muñeca que lo mide de forma más precisa y sencilla.

Módulos

Los teléfonos modulares han sido una de las apuestas más futuristas, potencialmente ecológicas y peor ejecutadas de los últimos 15 años en el sector de la telefonía móvil. La propia Google exploró este concepto con el Project Ara, que buscaba crear un dispositivo modular y un ecosistema a su alrededor.

Módulo de batería del LG G5 Iván Linares El Androide Libre

Otras compañías, como LG y Motorola lanzaron dispositivos menos ambiciosos pero con la misma idea en mente. LG lo hizo con el LG G5, un dispositivo, que fue un gran cambio con respecto a sus antecesores, así como sus sucesores lo fueron con respecto a él. El fracaso fue duro. Algo parecido le sucedió a Motorola con los MotoMods, pequeños complementos que se unían al móvil, aunque de forma menos invasiva que los de LG. Tampoco cuajó.